En la confluencia de los ríos Rin y Mosela, en el mundialmente famoso Rincón Alemán, se encuentra una de las ciudades más bellas y antiguas de Alemania: Coblenza. Cuatro cordilleras bajas, viñedos y bosques forman un telón de fondo único alrededor de la ciudad con sus 2.000 años de historia.
En Coblenza, el modo de vida francés y la tradición alemana han creado un biotopo propio: Acogedores bares, callejones estrechos, rincones románticos y una cálida forma de vida. Comienza tu paseo por el casco antiguo en las Cuatro Torres, como se llaman los miradores de las casas barrocas de esquina en el cruce central. La Hauptwache (casa de guardia principal) que data de 1689 y la fuente Schängel en el patio del ayuntamiento, un punto de referencia de la ciudad, también valen más que una mirada. Un transbordador te lleva pasando por el Palacio Electoral hasta el Castillo de Stolzenfels, uno de los complejos más notables de la antigua Prusia en términos de arte e historia cultural.
Pero el hecho de que la gente de Coblenza también tiene un sentido para el arte contemporáneo se puede ver en el Museo Ludwig cerca de la Esquina Alemana, la confluencia de los ríos Rin y Mosela. Un lugar impregnado de historia, donde se erigió un impresionante monumento al Káiser Guillermo I en 1891.
Enfrente, al otro lado del Rin, está la Fortaleza de Ehrenbreitstein, el segundo mayor complejo de castillos conservados en Europa. Desde aquí, a casi 120 metros sobre el Rin, se tiene probablemente la mejor vista de la ciudad y del paisaje del valle del Rin medio superior. La UNESCO también reconoció la abrumadora belleza de esta región y la elevó a la categoría de Patrimonio de la Humanidad - por cierto, la mejor manera de descubrirla es con tus propios ojos!
¿Qué ver en Coblenza? De turismo por Alemania, una ciudad entre dos ríos: el Mosela y el Rin
Coblenza, Koblenz en alemán, está situada al oeste de Alemania, en el estado federado de Renania-Palatinado. La visitamos como parte del recorrido de nuestro mágico :D yayo - crucero fluvial por Alemania y a pesar del mal clima y el poco tiempo que nos dejaron para verla, nos quedamos con muy buen sabor de boca. ¿Por qué los cruceros siempre van con el tiempo justo? Llegábamos siempre con la lengua fuera, y ajustando la hora tanto que según pisábamos el barco solían estar soltando amarres…
Es una ciudad que supera los 100.000 habitantes y los 2.000 años de historia! ¿Y por qué tantos años de historia? Pues porque está situada en la desembocadura del río Mosela al Rin, esta confluencia fue un punto estratégico importantísimo para cualquier emperador-rey-dictador que quisiera dominar la zona.
No es muy conocida por el público español, pero es una punto de partida perfecto para explorar el Rin Romantico, un tramo del rio Rin espectacular! El Rin Romántico empieza (o acaba) en Koblenz, y son, nada más y nada menos, que 65 km de Patrimonio de la Humanidad :O (verás castillos, iglesias, murallas medievales, pueblos con mucho encanto… sólo le falta el tren de la bruja ;D). También desde Coblenza, puedes empezar a recorrer el río Mosela con sus famosos meandros llenitos de uva Riesling, sus castillos y pueblecitos medievales. No tiene el relumbrón del Rin Romántico pero es un recorrido lleno de encanto que te sorprenderá.
El nombre de Coblenza se debe a los romanos, primero fue Julio César en 55 a. C. quien ordenó construir un puente sobre el Mosela poco antes de la desembocadura para poder seguir con sus tropas. Pero quién se podría considerar, de alguna manera, el fundador de la ciudad fue Druso el Mayor, un valiente general romano, respetado y venerado por el ejército romano, y con una historia vital muy interesante. Conquistó media Germania y su descendencia marcaría la historia del Imperio Romano y por extensión la nuestra, fue el padre del emperador Claudio, abuelo del emperador Calígula y bisabuelo del emperador Nerón (peccata minuta).
El Rincón Alemán – Deutsches Eck
Es el sitio más visitado de Coblenza, situado en la desembocadura del Mosela al Rin, un símbolo de la unión de los diferentes estados alemanes. Fue un monumento construido en 1897 en honor del emperador Guillermo I de Alemania, que tras años de alemanes matándose entre ellos mismos, consiguió la unificación de Alemania. En realidad quien hizo gran parte del trabajo político fue Otto von Bismarck, pero un emperador con su barbica a caballo es mucho más potente y espectacular
Basílica de San Castor y Deutschherren
Situados muy cerquita de la estatua ecuestre anterior y del teleférico que te lleva a la fortaleza de Ehrenbreitstein. Están entre jardines con bastantes árboles que le dan cierto encanto a esta zona pegada a la confluencia de los dos ríos. La basílica de San Castor es el edificio religioso más antiguo de Coblenza, gracias a que se conserva casi como fue construido hacia el siglo XII.
Jardines de la Basílica
Cabe destacar también el edificio blanco con rayas naranjas que se encuentra a escasos metros de uno de los laterales de la basílica, actualmente el museo Ludwig. Es la Deutschherren, para nosotros la casa de la Orden de los Caballeros Teutones, un edificio del siglo XIII que se construyó en parte de los jardines del monasterio de San Castor. Parte de la Orden Teutónica (Deutscher Orden) se asentó allí y acabó dando nombre a ese saliente de tierra en la confluencia del Mosela y el Rin, era conocido como el Deutscher Ordt. Hasta que se construyó la estatua ecuestre de Guillermo I por la unificación de Alemania y fue llamada como es conocida en la actualidad: Deutsches Eck – Rincón Alemán (Esquina Alemana sería la traducción literal).
La fortaleza de Ehrenbreitstein – Teleférico
Es otro de los símbolos de la ciudad, al otro lado del Rin domina desde las alturas la estratégica desembocadura del Mosela. Dicen que es la segunda fortaleza preservada más grande de Europa, y tiene una vista privilegiada sobre Coblenza, nosotros no pudimos subir porque estaba diluviando :(, pero por supuesto que recomendamos coger el teleférico y disfrutar de las vistas.
Las primeras fortalezas fueron construidas en torno al año 1000, pero tras tanta guerra con sus destrucciones y construcciones la forma actual corresponde a 1817, bajo el reinado prusiano de Renania. Prusia llegó a tener 1200 soldados allí metidos para defender Coblenza de posibles invasiones. Una de las curiosidades de la fortaleza es un cañón llamado “Vogel Greif”, con 12 toneladas de bronce fundido fue el cañon más grande de su época. Fue construido en 1524 y fue pasando durante siglos por diferentes manos hasta acabar en Francia, finalmente después de la Segunda Guerra Mundial volvió a la fortaleza de Ehrenbreitstein.
Teleférico sobre el Rin hacia la fortaleza Ehrenbreitstein
La mejor opción para subir es utilizar el espectacular teleférico sobre el Rin. Si quieres sólo subir a ver las vistas y no entrar en la fortaleza, el billete del teleférico (ida/vuelta) son 9€ adulto y 4€ niños.
Recorriendo la ciudad vieja de Coblenza
El casco histórico de Coblenza lo veréis marcado en los mapas como “altstadt” (ciudad vieja en alemán). Merece mucho la pena dar un paseo por unas calles que rebosan historia (recordad! 2.000 añazos!), y que en nuestro caso también nos rebosó agua del cielo a base de bien… Y eso que fuimos en Junio para que nos hiciera bueno!
Pasead por las plazas de la zona vieja porque cada una tiene su historia. La plaza Münzplatz debe su nombre a que desde el siglo XI, y posteriormente durante muchos siglos, fue el lugar donde se fabricaba y acuñaba la moneda del electorado de Tréveris (al que pertenecía Coblenza). Por cierto münze es moneda en alemán! Además en esta plaza nació un tal Klemens von Metternich, ministro de exteriores del Imperio Austriaco, archienemigo de Napoleón, y que tras la derrota del francés intentó que toda Europa volviera al Antiguo Régimen (y en parte de los países europeos lo consiguió, volviendo a la monarquía absolutista). Menudo figura el Klemens! Por cierto al bueno de Klemens von Metternich se le atribuye la mítica frase de “Cuando París estornuda, Europa se resfría”.
También puedes acercarte a la plaza Görresplatz, en la que hay una columna de varios metros de altura donde se muestra la historia de la ciudad de Koblenz. O la plaza Am Plan con su fuente que da agua a los ciudadanos de Coblenza desde 1806, y que fue la primera plaza de toda la ciudad en ser pavimentada.
Iglesia Florinskirche y la plaza Florinsmarkt
En la plaza de Florinsmarkt se pueden ver parte de los edificios más antiguos de Coblenza, para nosotros la plaza más bonita, y donde se movía el cotarro político y económico ya en la Edad Media.
El edificio “Kauf und Danzhaus” de 1419 (reconstruido en el siglo XVIII), fue un mercado y un salón de baile (para que lo distingas, es el blanco y rojo, con un reloj en el centro). A su derecha está Schöffenhaus, construido en 1507 con estilo gótico y que era la corte de justicia. Y por último el vistoso Bürresheimer Hof, con sus picudos tejados.
Pero el edificio que resalta sobre todos los demás es la iglesia de San Florian, o Florinskirche, una iglesia pintada en un llamativo amarillo y blanco. Es un edificio del siglo XII, y que sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Como curiosidad durante la invasión francesa de Napoleón, fue secularizada y utilizada como almacén (aunque el mismo Napoleón quería que fuera el matadero municipal :O). También destacar que desde el Siglo XIX es un templo protestante.
El niño que escupe Schängelbrunnen y Plaza Jesuitenplatz
La plaza de los Jesuitas, Jesuitenplatz en alemán, es otro “must” en tu visita a Koblenz, tanto por el encanto de la plaza adoquinada con sus edificios históricos, como por lo que se esconde en la plaza contigua, el Schängelbrunnen!! El qué?? El niño que escupe.