Durante mi estancia en Albania, pasé un día y una noche en Korçë y fui relativamente seducido por esta pequeña ciudad de alrededor de 100.000 habitantes situada en el suroeste del país. Ubicada en una depresión y rodeada por hermosas montañas, Korçë no tiene, sin embargo, gran cosa que ofrecer al visitante: una gigantesca iglesia ortodoxa que muestra la importancia religiosa de la ciudad para la comunidad ortodoxa del país, una bella mezquita del siglo XV, testimonio de la islamización del país y un bazar otomano con sus viejas callejas históricas.
Ciudad industrial y dinámica, sentí un cierto bienestar a pesar de la relativa fealdad de la misma. Korçë representa, por otra parte, una buena base para explorar las montañas circundantes (y esquiar en invierno) o para ir a los parques nacionales de Ohrid y de Prespa, o incluso explorar la aldea de Veskopoja.
El programa de gestión y desarrollo del destino turístico regional de Korça, en Albania, acaba de llegar a su fin, después de cuatro años de trabajo en el marco de una iniciativa ST-EP financiada por la alianza tripartita formada entre la OMT, el SNV y la Fundación ST-EP.
En una fase inicial, se formuló una estrategia de promoción y desarrollo de productos, cuyas principales recomendaciones se centraron en la obtención y compilación de datos estadísticos (este sistema se reprodujo luego en otras regiones albanesas para integrarlo en un proyecto de preparación de una cuenta satélite de turismo [CST], dentro del sistema de contabilidad nacional), el desarrollo de productos turísticos basados en la cultura y las tradiciones de la región, y la sensibilización de los agentes públicos y privados para la diversificación de su asociación.
En 2009 se constituyó una organización de gestión de destinos (OGD) con el fin de dinamizar las actividades de desarrollo y promoción turística de Korça. Durante todo el proyecto, la OGD desempeñó un papel esencial en el desarrollo de circuitos turísticos –que integran, entre otras cosas, los museos de Korça, las iglesias de Voskopoja y la ciudad de Pogradec, esta última situada a orillas del lago de Ohrid e inscrita en el patrimonio mundial de la UNESCO desde 1980– y su promoción a través de la red de centros de información turística y de las grandes ferias de turismo, así como mediante viajes de familiarización ideados para operadores turísticos nacionales y para los miembros de la diáspora albanesa en América del Norte, conformada por 200.000 personas a la búsqueda de las tradiciones y el folclore de su país de origen.
Además, la OGD ha realizado un trabajo ejemplar alentando a las comunidades locales a transformar su región en un destino turístico, mediante la mejora de sus infraestructuras, la instalación de señales y la creación de productos artesanales, así como facilitando la formación de los diferentes agentes en materia de recepción de visitantes y creación y gestión de pequeñas empresas.