Noto, una de las ciudades barrocas del sudeste de Sicilia (designada por la UNESCO), es famosa por su opulenta arquitectura y su exceso de belleza.
Su catedral del siglo XVIII es un punto destacado del lugar, como lo son el Caffè Sicilia, el cual, según dicen los rumores, hace el mejor helado de toda Italia. Noto, en la provincia de Siracusa, es una pequeña joya de barroco siciliano.
Una maravillosa localidad en lo alto de un altiplano que domina el valle del Asinaro.Importante centro siciliano, romano, bizantino y árabe, fue destruido en pleno esplendor, por el terremoto de 1693, sin embargo, gracias a la sabia reconstrucción, Noto se ha convertido en una magnífica ciudad artística, patrimonio de la Unesco junto con Calatagirone, Militello, Catania, Modica, Palazzolo, Ragusa y Scicli.
La extraordinaria belleza de Noto y del resto de las localidades reconstruidas tras el terremoto caracteriza todo el Val di Noto.
Para la reconstrucción fueron llamados grandes arquitectos, casi todos formados en Roma, de hecho el motivo de inspiración es el barroco romano, aunque interpretado.
El resultado superó todas las expectativas y la reconstrucción dio vida a un trabajo excepcional si bien, distinto dependiendo de la ciudad: del barroco gris oscuro de Catania, en la que se usó la piedra de origen volcánico, hasta la luminosa arquitectura de Noto, de un color que recuerda a la miel.
La ciudad medieval, de la que son visibles los restos de la muralla y del castillo, corresponde a la antigua Neto, la ciudad nueva es barroca y discurre a través de amplias y rectilíneas calles sembradas de plazas con escalinatas que se elevan sobre iglesias y palacios.
Las plazas principales son tres,  la Plaza de la Inmaculada, con la iglesia del mismo nombre; la Plaza del Municipio, rodeada de cuatro edificios: el Palacio Municipal, la Iglesia del Santísimo Salvador (1791-1801), el Palacio Arzobispal y la maravillosa Catedral de San Nicolás (1771), que domina desde lo alto la escenográfica escalinata, y la Plaza XVI de Mayo, donde surgen la Iglesia de Santo Domingo (1727), con su fachada curvilínea y el convento dominicano con un bellísimo portal.
En la Iglesia del Crucifijo se conserva la estatua de la Virgen de las Nieves, esculpida por Francesco Laurana en 1471. Pero además de Noto y de las otras bellísimas localidades barrocas, los amantes de las antiguas civilizaciones, no querrán perderse, especialmente en los días de primavera, una excursión por las zonas de los alrededores en las que se conservan yacimientos arqueológicos importantísimos: de las grandes ciudades griegas de Eloro y Camarina al teatro griego de Palazzolo Acreide; de la Necrópolis de Pantálica  lugar Unesco, al poblado prehistórico de Castelluccio o a la villa romana de Tellaro.
Noto es un lugar perfecto para ser visitado en cualquier período del año. En verano se puede aprovechar para añadir a las visitas culturales algunas escapadas a la playa; en otoño e invierno, se puede recorrer la Ruta del Vino de Val di Noto que incluye siete municipios del sureste de Sicilia: Palazzolo, Avola, Noto, Rosolini, Pachino e Ispica.
Llamada antiguamente Neas por sus habitantes, Neaton por los griegos y Netum por los romanos, fueron los árabes los que la dieron el nombre definitivo de Noto.
El término árabe tiene el mismo significado que el italiano (Noto = Notorio, renombrado, famoso, n.d.r.), como homenaje a la belleza y a la importancia de la ciudad.



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